viernes, 9 de octubre de 2009

Extraordinarias expectativas

El comité del Premio Nóbel de la Paz ha decidido que el ganador de este año sea Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de América. Desde que era aspirante al Senado, Obama se ha distinguido por un enfoque pacifista y multilateralista, una trayectoria que hoy se corona con este codiciado premio. El anuncio ha sido una sorpresa, ya que Obama no era el favorito, sino Morgan Tsvangirai, Primer Ministro de Zimbabwe (sigue participando, Bono). Sin embargo, el comité decidió recompensar las intenciones de Obama en lograr un mundo más pacífico. Entre sus logros se encuentran su nuevo enfoque hacia el Islam, a través de los discursos en El Cairo y Estambul, la vuelta al multilateralismo, la apertura para negociar sin condiciones con Irán y Corea del Norte, el anuncio del cierre de la prisión de Guantánamo (que sigue abierta), las negociaciones entre Israel y la ANP y el discurso en la ONU de "no más armas nucleares". No obstante, Obama actualmente debe decidir si enviar 40,000 soldados más a Afganistán o no. En Irak sigue habiendo soldados estadounidenses y en ninguno de los dos casos puede sacar las tropas inmediatamente sin que eso cause una mayor inestabilidad en la región. En síntesis, es una buena noticia para Obama: la Academia Noruega le ha dado un gran apoyo al recompensarlo por lo que ha estado intentando hacer desde que llegó a la Casa Blanca y esto quizás le dé una mayor estatura frente a los republicanos (sin olvidar que hay muchos "provincianos" a los que no les interesa lo que piense el mundo). Por otro lado, la salida de Bush ya de por sí auguraba un cambio de ánimo internacional, que hubiera sido mucho menor de haber ganado John McCain. Pero no podemos olvidar que también representa un enorme compromiso para Barack Obama: será más difícil hacer un cambio de trayectoria y se ve obligado a entregar resultados tangibles en los años que le restan de su mandato.

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