sábado, 24 de abril de 2010
Goldman Sachs:¿Cómo domar al león?
Las noticias más recientes en torno a la crisis hipotecaria de Estados Unidos están comenzando a tocar un nervio sensible de la política estadounidense. Tras la decisión del gobierno americano de apoyar a empresas como Goldman Sachs frente al potencial desastroso que la bancarrota de este tipo de empresas representaba para la economía como un todo, el Senado, a través de su comité especializado, ha iniciado una revisión importante del asunto. Entre los blancos más importantes de las discusiones que se han generado al interior del comité del Senado se encuentra Goldman Sachs que es acusado de haberse beneficiado de la crisis hipotecaria.
Sustentado las acusaciones en una serie de correos electrónicos, el Senador demócrata Carl Levin ha dicho que la empresa se benefició al especular inclusive contra los intereses de sus propios clientes. Esto contradice la posición oficial de Goldman Sachs quien en múltiples ocasiones ha reiterado que el riesgo de bancarrota era serio y por lo tanto, el apoyo financiero del gobierno, necesario.
Algunos de los citados correos electrónicos dejan entrever lo turbio de la situación. En algunos se menciona que al inicio la empresa sufrió importantes pérdidas; sin embargo, gracias a movimientos financieros, fue capaz de aumentar sus ganancias de manera significativa. En otro correo, se muestra que Goldman Sachs, debió decidir si continuar invirtiendo a favor o en contra del sector hipotecario. En un correo posterior, mientras muchas empresas en el sector reportaban pérdidas, Goldman Sachs consideraba estar bien posicionado. En su defensa, los ejecutivos de la empresa han dicho que el Senado está siendo bastante selectivo en los documentos que está dando a conocer.
Más allá de los intereses que mueven las discusiones entre los senadores americanos y Golden Sachs, lo cierto es que se avecina un clima de animadversión entre Wall Street y el gobierno. Obama ha intentado reconciliar las posiciones al hacer un llamado a Wall Street a unirse a los esfuerzos de crear un marco regulatorio saludable. La reticencia de ciertos grupos conservadores hace que el enfrentamiento entre el sector privado y el sector público posiblemente escale.
No obstante, en medio del frenesí del libre mercado, se pierde una lección esencial en la cultura política de Estados Unidos. El mercado no es una abstracción determinista y caprichosa, es una construcción regulada por las creencias de los actores que intervienen en ella. Las crisis, sean hipotecarias, crediticias, financieras o económicas, son producto del conjunto de creencias, actitudes y acciones que los actores económicos más importantes y capaces de influenciar la estructura, como Goldman Sachs, poseen. En una era donde los gobiernos son sometidos a duras indagaciones, ¿Quién somete a la autoridad privada a escrutinios igual de rigurosos?
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