lunes, 9 de febrero de 2009
El imposible arte de pasar el plan de estímulo para la economía
Esta semana Barack Obama tuvo un importante revés cuando los republicanos de la Cámara de Representantes declinaron apoyar su plan económico. Ésta es otra señal de cómo las cosas vuelven a la normalidad en Washington y de cómo Obama va perdiendo su aura de candidato. Los republicanos no se dejaron llevar por su carisma y señalaron los "pet proyects" que los demócratas introdujeron en la iniciativa de ley. Ésta, por cierto, trata de complacer a Dios y al diablo. Incluye gasto en proyectos de remozamiento del National Mall, por ejemplo (para complacer a los demócratas), y algunos recortes de impuestos, pero no los 3 billones de dólares que querían sus adversarios.
Obama fue al Congreso en una movida parecida a la del Presidente Bartlett de The West Wing. Con toda la prensa y su equipo, en un afán que era lo mismo ganas de trabajar en conjunto, pero a la vez un show-off del mandatario. A diferencia del programa de televisión, los republicanos le dieron la espalda. Aunque Obama cortejó a los republicanos para conseguir su voto, no fue suficiente y tendrá que trabajar por el apoyo que se le ha negado. Sin duda, ofrecer cambios en el paquete de estímulos hará bien, así como retirar la idea del "Buy American" que etiquetaría a su Administración como proteccionista (lo que no nos sorprendería dados los tiempos y la cercanía del partido con los sindicatos) ayudarían mucho a conseguir un verdadero apoyo bipartidista. También sería bueno conseguir un "maverick" republicano que comprometa votos del otro lado de la bancada.
Finalmente, estamos viendo que el trabajo del Presidente es enfrentarse con un Congreso que lo trata como a un enemigo y con un partido que está buscando una redefinición de sus líneas y una forma de recuperar el poder. Eso no es nada nuevo en Washington, sino lo usual y algo que se magnifica cuando se trata de un recién llegado a la Casa Blanca.
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En definitiva el "buy american" a sido altamente controversial por lo que implica, un proteccionismo velado, pero nadie le podria culpar por intentarlo al menos, despues de todo que mas quisieran los paises que poder exportar y no importar o al menos mantener un superavit en la balanza.
ResponderEliminarSi bien es cierto que un poco de tension entre el congreso y el presidente no es nada inusual, esperemos que esto no se degenere en un infinito stalemate partidista.
Y de nuevo, Obama bajo el ojo inquisidor del mundo.